Ya no me duele.
Te sentía dentro de mi, desgarrandome por dentro.
Llegue a odiarte, a maldecirte...
Te metías en mis oídos destrozándome los tímpanos,
tan solo gritando podía parar aquella tortura que un día tras otro me consumía.
Ahora por fin vuelvo a aceptarte...
Vuelvo a disfrutar de ti.
En las mañanas y noches,
en los descansos,
en las esperas.
Que atronador puede resultar a veces el silencio...
El tiempo y las ganas de avanzar es lo que hace que duela menos...
ResponderEliminarbesos
shhhhhhusssssss
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