Caminaba hacia mi, con un nudo en la garganta, lágrimas en sus ojos y mirada desesperada...
Podía ser mi una de mis hermanas mayores, alguna amiga de siempre felizmente casada y con hijos.
Podías ser tú...
Podía ser yo.
- " Dios... No tengo nada que darles de comer hoy a mis hijos..." -
La abrazo y consuelo.
Seco sus lágrimas a la vez que le pregunto: "¿que necesitas? "
- " 5 Euros, con eso puedo comprar algo..." -
Le doy el billete y ella lo coge avergonzada.
Le digo que no se preocupe, que no pasa nada.
Ella se marcha llorando y agradecida, mientras yo observo como se aleja, quedándome con una sensación de impotencia por dentro.
Llego a casa.
Mi nevera está prácticamente vacía...
aún así, me siento llena.